A todas las que me rodean. A las que estáis en mi ciudad, y a las que no. A las que solo conozco virtualmente. A las que me llaman cada semana para tomar café. A las que te hacen bailar en los saraos.
A las pioneras. A las que siguen creciendo, innovando y apostando. A las que sirven de gancho. A las que se atreven a poner patas arriba su negocio. A las que van abriendo puertas para los demás. A las que te empujan a cumplir sueños.
A las que lloramos con lo bueno y lo malo. A las que sonríen y te hacen sonreír. A las que abrazan fuerte. A las que te hacen sentir, mucho y bonito. A las que regalan flores.
A las que reconocen el cosquilleo. A las que les tiemblan las piernas. A las que se dan la mano con las noches sin dormir. A las que trabajan sin descanso en los momentos más difíciles. A las que te dan la espalda. A las que lidian con la ansiedad.
A las que van descubriendo camino. A las que todavía no lo saben. A las que tuvieron que cerrar su chiringuito. A las que están por llegar.
A todas, y a ti, mujer, valiente: ¡FELIZ DÍA DE LA MUJER EMPRENDEDORA!
Porque lo tenemos agarrado en las tripas. Y en el corazón.
Porque nos nace, lo vivimos y lo disfrutamos. (¡Y lo sufrimos!).
