365 días esperando y 365 días después… una vuelta más.
Después de estos meses que están siendo un auténtico reto y me hacen tener las palabras atascadas en la garganta, la emoción en el pecho y una lágrima continua en el ojo… este año más que nunca y de la manera menos esperada, celebro.
Celebro seguir abrazando cada día a mi madre y el apoyo de mi padre con cada idea que se me pasa por la cabeza. Celebro tener a mi hermana al otro lado y ver crecer la familia que ha creado. Celebro tener a mis abuelos cada día más presentes dándome un empujoncito cuando más falta me hace. Celebro tener a mi mano derecha para ponerme los pies en la tierra y ayudarme sin ni siquiera haberlo pedido.
Celebro haber cumplido todos los objetivos que me propuse para este 2024 y haber sabido coger a la oportunidad de la mano. Celebro seguir teniendo sueños que estoy rozando con la punta de los dedos y proyectos a punto de empezar.
Así que, después de todo y de tanto… Querida Rocío, no te pareces a la niña que conocí, pero eres idéntica a la mujer que imaginé que acabarías siendo.
Sigue encontrando la ilusión en los pequeños detalles, luchando por tu propósito, abriendo caminos a pesar del miedo, abrazando fuerte y disfrutando aun cuando las cosas se ponen del revés.
Querida Rocío, sigue adelante. Siempre.